la música pensada (Alberto Sucasas)

Pocos libros hemos leído de Alberto Sucasas tan intensamente como La música pensada (Biblioteca
Nueva, Madrid). Y esto a pesar de haber realizado una lectura fragmentada, con constantes
interrupciones. Es necesario decir en favor de esta obra que ha resistido muy bien una lectura a tirones,
con tantas ráfagas como periodos puede tener un tiempo partido.

leer todo el texto

Ignacio Castro Rey. Madrid, noviembre 2013


bajo las nubes de México (Francisco Solano)

¿Qué son doce años para un libro? Creo que Francisco Solano parte en Bajo las nubes de
México de una vivencia de lo real que no cabe en los esquemas ilustrados en los que nos
movemos los urbanitas europeos. Aunque hubiera conseguido un tono más moderado, el libro de
Solano es violento porque ignora la cómoda dialéctica, entre polos previamente separados
(hombre-mundo, humano-inhumano, conciencia-tierra), que se ha incrustado en nuestra cultura.
Desde una experiencia de los cielos, de la tierra y los hombres, muy próxima a un viaje
alucinógeno, Solano revienta una ideología que es ya una mitología que nos frena. Usa muy
bien, aunque no abuse, del privilegio del extranjero que no se va a quedar diez años para
conocer una ciudad, para ser reconocido por ella. Ese “fervor desgarrado” de estar de paso
permite entrar como sólo puede hacerlo quien viene de lejos y enseguida va a partir.

leer todo el texto

Ignacio Castro Rey. Madrid, noviembre 2013


sociodependencia

“A menudo me parece que muchos de los más importantes poemas del siglo XX pudieran ser los más fraternales que jamás se hayan escrito. De ser así, esto nada tiene que ver con consignas políticas. Se aplica a Rilke, que era apolítico; a Borges, que era reaccionario; y a Hikmet, que toda su vida fue comunista”. John Berger

Read more


variaciones Cleveland

47. La vida siempre será clandestina para nosotros, seamos quienes seamos “nosotros” y sean cuales sean las cámaras fotográficas de nuestra Historia. El sueño de la Ilustración es sólo una pesadilla. Un sueño de la razón que ha generado monstruos, relegando al basurero de lo público a todos aquellos que no cuadraban con el canon de alta definición imperante. De la misma manera que se puede decir que la mayor parte de las novelas que han sido escritas no llegarán jamás a ser publicadas, también es cierto que la vida real, pobre o rica, se oculta a los ojos de la sociedad. Los sucesos de Cleveland, sobre los cuales correrán ríos de tinta obscena, sólo ponen ante nuestros ojos algo que en el fondo siempre hemos sabido. Da igual que haya crímenes o no, los meandros de la vida no son traducibles a ninguna narración. Falta una película sensible para eso, déficit ante el que se estrellarán todas las estrategias preventivas.
Read more


noches de encuentro

Hola, C.,

Todo bien… creo. Acabo por ejemplo de escuchar un concierto de piano que me ha dejado flotando: Brad Mehldau, una celebridad que yo no conocía, una especie de mezcla entre Keith Jarrett y Glenn Gould. Casi para llorar, creo que tardaré en olvidarlo. Este hombre puede partir de un tema de Nirvana y volar hasta donde quiera, sin dejar de ser fiel al tema. Cuando vuelves, no eres el mismo, ni el tema ni tú. Ya digo, dado que además no suele gustarme lo que se llama “jazz”, no salgo de mi asombro.

Por lo demás, te estoy muy agradecido por tus correos. Ya sabes que los que escribimos nos quejamos de que casi nunca hay nadie al otro lado… En cuanto a Detachment, sabes que estoy completamente de acuerdo contigo. Tiene fama, al menos en la radiante “América”, de ultra-pesimista; de convertir el pesimismo en una catedral, un templo del masoquismo o algo así. A mí me pareció el colmo de lo humano, muy estimulante.

En cuanto a To the wonder, no sé que decirte. Fui a verla con todas las reservas del mundo. La anterior de Malick, El árbol de la vida, me había parecido tan impresionante (no sé si la viste) que con ésta me temía lo peor, la inevitable caída de tensión. Pero no, la verdad es que la encontré fascinante. Cercana a la otra, tal vez un poco dependiente, pero rozando el hechizo. No sólo Bardem, a pesar de que no vocaliza, sino que todo (hasta Affleck, que nunca me gustó) lo encontré bellísimo, perfecto.

Por ejemplo, esa novia rubia que apenas aparece… antes de que la morena se lo lleve. No sé, me pareció una de las relaciones más hermosas y mejor insinuadas (a ráfagas, como todo lo importante) que he visto en mucho tiempo.

Sin embargo, tu juicio es tan rotundo que me deja sin argumentos. Te comprendo, te comprendo perfectamente. Y además, es tu opinión y punto. Y no sólo tu opinión, por cierto. Casi nadie ha ido a verla (la crítica la ha puesto a parir y el público español es obediente, ya sabes) y casi todos los que han ido, han expresado una opinión parecida a la tuya.

Quizás has ido por “culpa” mía, de ahí que lo hayas encontrado todo tan fastidioso. Pero me parece un poco raro que seas tan rotunda, sin concederle ninguna oportunidad. ¿Seguro que no te estabas defendiendo de algo? Me parece que ahí, sin pornografía, Malick vuelve a tocar registros prohibidos, una espiritualidad que roza paisajes, animales, telas y hombres.

Dentro de ese animismo cristiano, el padre Quintana sólo es un síntoma más: “Rezaré por usted, padre, ha perdido la alegría”. ¿Recuerdas?

Juraría que To the wonder es ya parte de la historia del cine, pero da igual. En la parte que me toca, le sigo estando muy agradecido a este director, igual que al concierto de hoy. En los dos casos, al salir a la calle la relación de uno con el mundo había cambiado. No es poco, en este mundo controlado por el narcisismo y la información.

Gracias por escribir, C. Habrá más ocasiones próximas de encontrarse y de hablar, con o sin cine. Enseguida te aviso.

Un abrazo,
Ignacio

Madrid. Lunes, 11 de noviembre de 2013