chavs, la demonización de la pobreza (Owen Jones)

Chavs, como chaval y chavó, es de origen inmediato gitano, pero remotamente viene del sánscrito yayan,
“joven”. Ropa de colores chillones, bisutería barata, cirugía estética malograda, glotonería, ropa
chabacana de marca. Fijémonos que según la definición media de chav (en español de la calle diríamos
choni, macarra, poligonera, palurdo, etc.) buena parte de nuestra clase política, y no sólo la local, caería
en el paquete de esta demonización. Pero no es el caso, según Owen Jones, pues en Inglaterra se trata
de marcar a aquellos blancos que, con su desorden y pobreza, ofenden a las nuevas pretensiones de
despegue en la nación (*).

leer todo el texto

Ignacio Castro Rey. Madrid, Marzo 2013
Publicado en FronteraD


el saber religioso

Según Ortega, nosotros tenemos ideas; las creencias, por el contrario, nos tienen. Y aquí ya hay un
primer problema hoy, tal como ha triunfado la cultura narcisista. Mi blog, mi piso, mis historias de ligues.
La soltería conectada, el divorcio agregado: ¿es otra cosa la comunicación? Aislamiento y conexiones,
alta definición del control.
Así pues, aunque las creencias sean fundamentales para todo, también para coquetear, creer está desde
hace tiempo mal visto, resulta incluso un poco fundamentalista. Creer en Inglaterra, creer en los
trabajadores, “creer” en uno mismo nos resulta hoy demasiado. Creer compromete en exceso y parece
anular la sana actitud crítica, esa profiláctica distancia que debemos tomar con todo para ser ligeros, para
“compartir” y seguir flotando. En tal sentido, dejar de creer en Dios sólo es la punta de un iceberg de
descreencia y desarraigo.

Ignacio Castro Rey. Madrid, marzo, 2013

 

leer texto completo en pdf


palabra de frontera

Si eso de la salud no fuera una categoría abstracta, algo que en rigor no se da, podríamos decir que un
hombre perfectamente sano no sería ya un hombre, sino un animal irracional. Irracional por falta de
enfermedad alguna que encendiera su razón. Miguel de Unamuno, El sentimiento trágico de la vida.

Recientemente fallecido tras una larga serie de padecimientos que llevó con bastante humor, Eugenio
Trías (Barcelona, 1942) es el único pensador de habla hispana que ha recibido el Premio Internacional
Friedrich Nietzsche, algo así como el equivalente al Novel de Filosofía. Tomemos este dato como vago
índice del valor intelectual de un pensador que ha publicado cerca de cuarenta libros, algunos de ellos
muy premiados y con varias ediciones. Catedrático de Historia de las Ideas en la Facultad de
Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra, Eugenio Trías ha recibido el Premio Anagrama de
Ensayo en 1975 (El artista y la ciudad) y en 1983, por el libro Lo bello y lo siniestro; el Premio Nacional de
Ensayo. Su libro El canto de las sirenas recibió varios galardones en 2007. Es además Doctor Honoris
Causa por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (2000), la Universidad San Marcos de Lima
(2003) y la Universidad Autónoma de Madrid (2006). Entre muchos otros premios, ha recibido también la
Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes en el año 2004.

leer texto completo

Ignacio Castro Rey. Madrid, 19 de febrero, 2013 
Publicado en FronteraD


crónica de un vacío triunfal (Lorenzo León)

Enseguida nos metemos en un relato denso, real, con toda la dureza de la vida no intelectual, eso que
teóricamente nos queda un poco lejos. Es posible que los escritores, lejos de la Filosofía y la Literatura,
se salven a través de los afectos, el sexo y la pasión. Esa guerra civil del reto amoroso, del orgullo que se
pone en juego hasta la humillación. Casi asombra, con lo estúpido que es el mundo de la cultura, que
nosotros podamos atravesar la crueldad del mundo como si realmente viviéramos, como si fuéramos
seres vivos, mortales y sexuales.

leer todo el texto

Ignacio Castro Rey. Madrid, 16 de febrero de 2013
Publicado en La Frontera D


insignificancias

Insignificancias es el nombre de un programa de radio de “elestadomental.com”, la segunda entrega, esta
vez radiofónica, de la anterior revista en papel con el mismo nombre. El orden en que figuran estos
resúmenes es el de la emisión, que ya está en marcha. Uno intenta en tales asaltos aproximarse al
espectro real que nos asusta, esa llaneza mortal para la cual parece que estemos cada día menos
preparados. Desde tal suelo afirmativo ensayo destripar el integrismo político que nos protege, mientras
nos mata lentamente.
Nuestra economía social, realizando la metafísica de la separación, es una forma de morir a plazos. Al
estilo de la cultura del progreso, de nuestro arresto domiciliario en el mañana. ¿Es esto menos cruel que
otros regímenes históricos? Ustedes tienen la palabra.

 

leer texto completo

Ignacio Castro Rey. Madrid, 10 de febrero, 2013 
Publicado en FronteraD