Nietzsche y la revuelta que viene

La escritura de Tiqqun y el llamado Comité Invisible, inolvidable incluso como género de ficción leído al
margen de su precisión política, no podría hacerse tal vez sin cuatro anómalos factores que la
caracterizan. Primero, una profunda implicación con la praxis, con la acción individual y la actividad
comunitaria, con el esfuerzo físico y laboral en el que se implican: carpintería, agricultura, electricidad,
comercio. El carácter práctico de este medio anónimo está antes y después de sus teorías; mejor dicho,
funde lo teórico con la metamorfosis de cada situación. Viven siempre en una suerte de absoluto local
donde la comunicación se produce con las otras posibilidades de la presencia real (¿por eso no usan
teléfonos móviles?). Recordemos esta significativa frase: “No hay ‘transición al comunismo’, la transición
es la categoría del comunismo, del comunismo en tanto experimentación”. Y en esta otra: “una física que
reserve a cada ser y a cada situación su disposición al milagro”.

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Ignacio Castro Rey. Madrid, 26 de enero 2013
Publicado en FronteraD


europa

(Breve crónica de un suicidio a plazos)
Por una vía u otra, Europa intenta desde hace tiempo una solución numérica, americana. Para más
señas, estadounidense: estrellas y barras, aislar y federar. Aunque a las estrellas, claro está, la UE quiera
darles un aspecto más humano, más circular que geométrico. No es casual que la idea de la Comunidad
Europea brote del desastre de la Segunda Guerra y del auge de la Guerra Fría. Es decir, de una dirección
norteamericana. “Todos somos berlineses”, dice Kennedy en 1963: Europa como barrera ante un imperio
del Este que llega hasta Cuba.

Veamos. ¿Qué puede significar que el origen de Europa, Grecia, esté hoy en el punto de mira? Que el
Sur está en el punto de mira, esto es, que lo está el Mediterráneo como sincretismo donde convergen
muy distintas culturas y razas, creando el espacio común de una “cultura de los sentidos” (Weber). El sur
piensa, vive y obra según la percepción, la presencia sensible. Según lo vivido, lo visto y oído: es esto lo
que debe acabarse.

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Ignacio Castro Rey. Madrid, 26 de enero 2013
Publicado en FronteraD


el autoritarismo científico (J. Cartelle)

Bajo la disculpa de eliminar lo “peor” (el sufrimiento, la inseguridad, la muerte) y aliada con las
nanotecnologías, la ciencia contemporánea ha renovado la esperanza de un nuevo determinismo.
Hombre de ciencia dotado de una sólida formación en medicina y bioquímica, Javier Peteiro se dedica en
El autoritarismo científico (Miguel Gómez Ed.) a seguir con detalle el paso de la ciencia moderna, desde
von Humboldt y Gay Lussac, hasta el optimismo de Brockman o Kurzweil, esa euforia tecnocientífica que
poco a poco ha derivado, en Europa y en América, en la perspectiva de suplir la inteligencia natural por la
artificial y el cuerpo mortal por las conexiones infinitas.

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Ignacio Castro Rey. Madrid, 5 de enero 2013


más textos en libros

un puente sobre el Drina, (I.Andri)
Madrid, 16 de diciembre de 2012

demasiado rojo (G. Dessal)
Madrid, 2012
Publicado en FronteraD

fuga animal, (P.Perera)
Madrid, 16 de Junio de 2012

hotel finisterre, (M.Norey)
Ignacio Castro Rey. Madrid, 8 de Mayo de 2012

las estaciones del templo, (U. Novoneyra) (Prólogo a la primera edición bilingüe de Os eidos. Libro del Courel, Árdora, Madrid, 2010)
Ignacio Castro Rey, Madrid, 4 de marzo de 2010

la vida arrebatada de Friedrich Nietzsche, (Franz Overbeck, Errata naturae, 2009)
Madrid, 19 de octubre de 2009

imperio y moralidad
(Pierre Legendre, La fábrica del hombre occidental y Dominium mundi, Amorrortu, Buenos Aires, 2008)
Madrid, 16 de abril de 2009.

Pulsando las cuerdas del día, (Marcos Lorenzo, Liquidación de existencias, Difusora, Ourense, 2005)
Madrid, 25 de junio de 2006.

la brutalidad de la coherencia, (Miguel Ángel Barroso, Pier Paolo Pasolini, Ed. Jaguar), Ubicarte, enero 2004

Francia Bacon, Lógica de la sensación, (Gilles Deleuze, Ed. Arena),
Ubicarte, octubre de 2003.

ni apocalíptico ni integrado, (En la muerte de Pierre Bourdieu), La Razón, enero de 2002

ni ciencia ni panacea, (Régis Debray, Introducción a la mediología, Paidós), La Razón, junio 2001

tecnología y apocalípsis, (Félix Duque, Filosofía para el fin de los tiempos, Akal), La Razón, abril de 2001

Lacan en la razón postmoderna, (Jorge Alemán, Miguel Gómez Ed.), La Razón, abril de 2001

Señuelos de la banalidad, (Marc Augé, Ficciones de fin de siglo, Gedisa), La Razón, marzo de 2001

No temáis a la muerte, (Jean Baudrillard)
Madrid, 6 de marzo de 2007.

en el viento de la Ley, (Alberto Sucasas, El rostro y el texto, Anthropos), La Razón, enero de 2002

fronteras del desorden, (Eugenio Trías, Ciudad sobre ciudad, Destino), La Razón, septiembre de 2001

una ciudad secundaria, (Con motivo del Premio Príncipe de Asturias concedido a G. Steiner), La Razón, mayo 2001

el oscurantismo de la transparencia, (Alain Finkielkraut, La ingratitud. Conversación sobre nuestro tiempo, Anagrama), La Razón, abril de 2001

¿de qué se avergüenzan los europeos?, (Giorgio Agamben, Medios sin fin. Notas sobre política, Pre-Textos), La Razón, marzo de 2001

de cómo orientarse en lo monstruoso, (R. Safranski, Nietzsche. Biografía de su pensamiento, Tusquets, La Razón, febrero de 2001


detachment: Lo que nos llama

La enseñanza, la brutalidad de la juventud, el envejecimiento y el cansancio. La putrefacción de las
relaciones en la inercia, la desaparición –peor aún, la dimisión– de los padres. Y además, ¿cuál es la
enfermedad de vivir cuando los seres humanos no padecen ningún mal en particular? Detachment, "El
profesor", es existencialmente antiespectacular. Nada de crímenes ni de sexo. Nada de gags desternillantes, de intrigas de poder, de malvados de pesadilla. Y sin embargo, El profesor de Tony Kaye (Londres, 1952), el mismo director de American History X, resulta seriamente perturbadora. De pocas películas como ésta habría que decir que es conveniente, si nos acercamos, tomar algunas precauciones.

Desde el comienzo uno se da cuenta de estar ante algo que le va retorcer en el asiento. Todas las preguntas que nos podamos hacer –sobre nuestra corrupción moral, sobre los hijos, sobre la juventud y la muerte, sobre la familia y la enseñanza, sobre la soledad y la aberración que es nuestro orden social– están en esos 100 minutos, apretados en un tornado bajo altas presiones.

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